«Nunca más» —dicen hoy y cada año diversos «analistas políticos» voceros de la indignación. Artículos, columnas, notas, posts, se escriben sobre el 5 de abril. Expertos de lo teórico y gaseoso razonan y filosofan sobre aquel día de 1992 y afirman que nada de lo que se hizo estuvo bien. Hoy será uno más de estos «de 5 abril» del cual se hable o se indigne mucho. ¿Pero qué pasó en realidad?

Nos encontramos en un país que, lamentablemente para nuestro desarrollo, utiliza el odio como fuerza vital. Y los noventa no fueron la excepción. Al ser elegido Fujimori como presidente, el Fredemo y el Apra eran mayoría congresal y esa maldita obstinación que a veces llevamos en el ADN hizo que la oposición, en lugar de ayudar a reconstruir el país, empezara a demorar y ralentizar medidas necesarias para acabar con los dos grandes males: hiperinflación y terrorismo. El típico pensamiento Peruano: « es buena la idea, pero yo no la propuse. Me toca tumbármela» floreció, sin importar que el país estaba en escombros. ¿Qué hizo Fujimori?

«Disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República» — dijo el presidente aquel 5 de abril de 1992. Imagino que fueron minutos de tensión. Una decisión de tal magnitud no puede ser comprendida inmediatamente. Sin embargo encontrar mas del 70 por ciento de la población de nuestra capital apoyando ésta medida refleja su legitimización (además de ser una medida amparada por la Constitución de aquel entonces).

El cierre temporal del Congreso permitió medidas que facilitaron capturas de terroristas y su persecución, además de facilitar la labor de jueces y proteger sus vidas, etc— así también medidas reactivadoras de la economía. En menos de un año se llamó a nuevas elecciones y prácticamente en un año ya se tenía otra vez un congreso constitucional.

Hoy se habla de que la democracia fue resquebrajada aquel día, hoy se dice que el cierre del congreso es una vergüenza, etc. Y quienes dicen tremendas sandeces, olvidan el contexto. Estábamos rodeados de terroristas, coches bombas y apagones que resaltaba la hoz y el martillo en los cerros como medio de infundir el miedo, gente degollada por no apoyar o unirse a su causa. Además de escasez de alimentos, un shock económico que empobreció mas al Perú pero fue necesario para sincerarlo económicamente. Ante todo eso se enfrentó el gobierno. Ahora yo pregunto: ¿Qué hubieras hecho tú? Es fácil criticar y hablar de democracia e indignarse por otorongos enquistados en sus curules . Es fácil ser un especialista de la nada y opinólogo en todo. Es fácil decirlo desde la tribuna, pero si ves a tu país desangrándose, y existe una institución que en lugar de ayudarte a reconstruirlo entorpece tu trabajo, creo que la decisión a tomar es obvia.

Criticar sin entender el contexto es ignorancia pura, decir que extirpar un congreso que no te va ayudar a agilizar medidas necesarias para reconstruir un país, sólo por el simple hecho de salvaguardar las apariencias democráticas , es superficialidad diplomática inoperante, con el fin de proteger la ilusión de una democracia, en realidad, secuestrada por el terrorismo y la miseria.

. Claro, Fujimori pudo hacer lo mismo que Humala, hacerse el de «la vista gorda» y pasar los problemas al siguiente gobierno. Es obvio que su decisión fue polémica. Pudo haberla obviado y terminar su mandato con mucha pena y sin gloria. Pero por mas anti que seas no puedes cegarte ante los hechos, el Perú se restableció económicamente, el Perú derrotó el terrorismo.El Perú volvió a ser sujeto de crédito y empezó a pagar sus deudas. Todo eso no es opinión. ¿Reconocer esto me hace Fujimorista?

Yo no votaré por el Fujimorismo (por lo menos no en primera vuelta), quienes me conocen lo saben. Solamente estoy cansado de personas que juzgan una medida que terminó siendo provechosa para el país, y peor, que la juzguen sin tendenciosamente explicar el contexto . Yo sí celebro aquel 5 de abril. Y no saldré a marchar uniéndome a la moda, la ignorancia o el anti (la pose, el que te hayan contado sólo una parte de la historia, o el resentimiento de ver como encarcelaron a tus líderes o no ganaste las elecciones). Yo sí celebro aquel día, porque el odio no me ha cegado y me importa muy poco ser políticamente incorrecto.